En una reforma de cocina los fregaderos suelen pasar desapercibidos, sin darles la importancia que se merecen. Para el diseño de la cocina es fundamental conocer qué tipos de fregaderos existen y cuales son los más adecuados para nuestra cocina. De su elección dependerá la durabilidad, comodidad y fácil mantenimiento del producto.
Es una zona que utilizamos innumerables veces a lo largo del día: para fregar los platos tras una comida, lavar las verduras, escurrir la pasta, llenar las ollas… un elemento que tiene que ser muy funcional pero también debe contribuir a la estética del espacio.
A continuación os explicamos los principales tipos de fregaderos que podéis encontrar en el mercado según su forma, material e instalación respecto a la encimera.
Según los materiales
Acero inoxidable
Actualmente son los más populares. Principalmente por tener una buena relación calidad precio y por las ventajas que presentan. Son ligeros, higiénicos al no presentar poros, inmunes a la corrosión, y presentan una buena resistencia a las altas temperaturas y a los golpes pero con el inconveniente de que se rayan con facilidad. Para que luzcan relucientes y limpios deberemos de limpiarlos de forma periódica para que no aparezcan depósitos de cal y otras manchas. En cuanto a diseño son bastante versátiles en cuanto a formas, y se adaptan a cualquier estilo decorativo, tanto en cocinas modernas como en las más clásicas.
Fuente: Fregadero de acero inoxidable Franke. Proyecto «LLeó XIII» (Empresa de reformas Sincro)
Sintéticos
Gracias a los avances tecnológicos y a las innovaciones podemos encontrar nuevos materiales sintéticos con excelentes propiedades y con una gran variedad de colores, texturas y formas. Consiguiendo fregaderos ligeros con mucha resistencia a los impactos, al calor y a las rayadas. Con nula porosidad y fáciles de limpiar.
Como ejemplo, encontramos los fregaderos sintéticos fabricados en base de cuarzo y resina como el Tectonite y Fragranite de Franke, las diferentes colecciones de sintéticos del fabricante Poalgi, Integrity el fregadero de Silestone, los fregaderos sintéticos de Altron… O Corian, nombre de la marca que se caracteriza por fabricar en una sola pieza el fregadero y la encimera, sin juntas visibles.
Fuente: Fregadero sintético Tectonite Sirus de Franke. Proyecto «Girona» – Sincro
Cerámica o porcelana
Muy utilizados en cocinas de estilo rústico y clásico pero actualmente están resurgiendo en estilos más actuales, dándoles más protagonismo y convirtiéndose en parte activa de la decoración. Normalmente presentan un acabado blanco brillante con un look muy elegante, aunque los podemos encontrar en otras tonalidades y en mate, quedando integrados en la encimera o sobresaliendo dejando el frontal visible.
Gracias a su nula porosidad son higiénicos y fáciles de limpiar. Resistentes a los arañazos, pero si sufren golpes de alta intensidad se pueden llegar a romper. Su precio es un poco más elevado a la media del mercado, principalmente los de gres porcelánico por ser más resistentes y duraderos.
Fuente: Fregadero de cerámica (Franke). Reforma «Balmes» de Sincro
Piedra natural: granito o mármol
El granito y el mármol destacan por su elegancia y presencia, creando ambientes muy sofisticados allí donde estén presentes. Los fregaderos fabricados con piedras naturales presentan una gran resistencia a los golpes y a las altas temperaturas. No obstante, se manchan con facilidad y pueden sufrir daños con líquidos y productos abrasivos o ácidos, por lo que el mantenimiento es un poco más complicado. Por este motivo, a este tipo de fregaderos se les suele aplicar un tratamiento sellador para evitar filtraciones.
Presentan una gran variedad modelos y texturas, y se suelen utilizar en cocinas rústicas y en espacios exteriores.
Fuente: devolkitchens.co.uk Fregadero de mármol en cocina rústica.
Según la instalación
A la hora de elegir el fregadero de la cocina también deberás escoger el modelo en función de la instalación que se le vaya a hacer. Cada tipo tiene sus ventajas e inconvenientes y dependerá del material de la encimera.
Encastrado o sobre encimera
Es el más conocido y tradicional, no obstante, a raíz de la aparición de nuevos modelos este tipo de instalación ha ido perdiendo popularidad en los últimos años. El fregadero se coloca por encima del hueco de la encimera, apoyándose en ella. La instalación es sencilla pero los bordes deben quedar bien sellados para evitar filtraciones. Son compatibles en cualquier material, pero normalmente son instalados de esta manera cuando la encimera está fabricada con materiales que no toleran demasiado bien la humedad, como la madera y los laminados.
Fuente: Fregadero sobre encimera. Proyecto «Lepanto» – Sincro
Enrasado
Es opción con una estética cuidada y armónica. En este caso el fregadero queda al mismo nivel que el canto de la encimera, sin escalonamientos, quedando totalmente liso con la encimera. Son más higiénicas ya que facilitan la limpieza y la eliminación de agua. Su colocación debe estar bien realizada para que los bordes queden bien ajustados en la encimera.
Fuente: Franke
Bajo encimera
La instalación bajo encimera presenta una tendencia al alza gracias a sus ventajas y a su aspecto moderno, y es la que más utilizamos en las reformas de nuestro estudio de interiorismo.
Se coloca bajo la encimera haciendo que la pieza quede totalmente lisa y uniforme. Por tanto, la junta entre la encimera y el fregadero queda oculta por debajo. De esta manera la limpieza es más fácil. Además, admiten una amplia gama de fregaderos siempre y cuando la encimera sea resistente al agua.
Fuente: Fregadero bajo encimera de la reforma «Avinguda Roma» – Sincro
Sobre bastidor
En menor medida encontramos los fregaderos que se instalan directamente sobre el bastidor del mueble, pudiendo quedar integrados o sobresaliendo para que el fregadero tenga más protagonismo en la cocina. Son muy habituales en cocinas rústicas y clásicas.
Fuente: Fregadero instalado sobre el bastidor del mueble. Diseñado por Sarah Sherman Samuel.
Según la forma
Para escoger la forma del fregadero deberemos tener en cuenta el espacio disponible y la ubicación del fregadero. Las formas más habituales son las circulares y las cuadradas o rectangulares, siendo estas últimas las más demandadas.
Fuente: Formas más habituales de los fregaderos. Fotos de Franke.
Y según el uso y las necesidades que tengamos podremos elegir entre un fregadero más grande (con dos senos, escurridor…) o decantarnos por uno más pequeño. Lo más habitual es encontrar los diseños siguientes:
1 seno o cubeta
Ideal en cocinas pequeñas para maximizar el espacio, si ya dispones de lavavajillas en que solo necesites enjuagar los platos en él; o para viviendas donde viven pocas personas. Para que sea más práctico limpiar los utensilios grandes se puede optar por colocar un fregadero más ancho.
2 senos o cubetas
Para cocinas de mayor tamaño, y es la opción más funcional y cómoda si no dispones de lavavajillas. En una cubeta podrás dejar los platos sucios para fregar, y en la otra la podrás aclarar, limpiar los alimentos, etc.
1 seno y medio
Modelo en que la segunda cubeta es más pequeña, siendo una buena solución cuando escasean los metros. Una cubeta auxiliar ideal para fregar los utensilios más pequeños, limpiar alimentos e incluso para utilizar a modo escurridor a través de accesorios.
Con escurridor
Tanto en el de 1 o 2 cubetas se puede incorporar un espacio para dejar secar los platos o los utensilios más delicados. Principalmente cuando no hay lavavajillas o si tienes espacio suficiente en la encimera.
Rinconero
Fregaderos pensados para instalarlos en una esquina. Pueden ser de una o dos cubetas. No son los más utilizados pero van muy bien en cocina pequeñas cuando se quiere conseguir más superficie de trabajo.
Fuente: Algunos diseños de fregaderos. Imágenes de Franke.
Medidas de los fregaderos
En cuanto a medidas, podemos encontrar modelos que se adaptan a cualquier módulo de mueble de cocina: de 45, 50, 60, 70, 80, 90 y 100 cm de ancho en muebles bajos estándar de 60 cm de fondo.
Fuente: Propuesta de fregadero con alzado de cocina con medidas. Estudio de interiorismo Sincro.