En el emblemático barrio del Eixample de Barcelona, se ha llevado a cabo una reforma integral con el objetivo de adaptar la vivienda a las necesidades actuales de sus habitantes, creando un entorno familiar y agradable. La única excepción ha sido la cocina, que ya había sido renovada hace unos años.
Se ha puesto un énfasis especial en la conservación y restauración de elementos antiguos. Se han recuperado los techos altos con las cornisas, que han sido sustituidas por nuevas, así como todos los ventanales de madera, que han sido cuidadosamente restaurados para mantener su aspecto original. En el salón, los techos de bóveda catalana se han dejado al descubierto, añadiendo una atmósfera auténtica y con carácter. Además, se ha dejado una de las paredes en ladrillo caravista; y se ha realizado un minucioso trabajo de recuperación del mosaico Nolla y las baldosas hidráulicas, que se encontraban en muy mal estado de conservación y ocultos bajo el antiguo pavimento.
La distribución se ha optimizado para adaptarse al estilo de vida de la familia, priorizando la funcionalidad y la comodidad.
El dormitorio principal se ha transformado en una suite íntima con vestidor, baño privado y pequeño espacio de trabajo. Además, la vivienda cuenta con dos dormitorios juveniles, un baño adicional, un cuarto de lavado y un segundo despacho tranquilo y cómodo para trabajar.
La galería es otro espacio destacable, donde se ha creado una zona con butacas y plantas que invita al relax. Este espacio se conecta al salón a través de dos arcos y está equipado con un cerramiento plegable para abrirlo en momentos de buen tiempo.
Sin olvidar el recibidor, este dispone de armarios de gran capacidad y con un banco para facilitar el proceso de quitarse o ponerse los zapatos cómodamente.
Estéticamente, se han combinado materiales nobles y tonos neutros, creando un espacio cálido, confortable y acogedor. La inclusión de detalles dorados de manera sutil, como en la grifería y la perfilería de la mampara del baño suite, así como en las lámparas colgantes del dormitorio y del comedor, aporta un toque de sofisticación y elegancia a las estancias. Para los suelos, se ha optado por instalar un elegante laminado en espiga que añade calidez y un plus de elegancia.
En resumen, esta reforma integral en el Eixample de Barcelona ha logrado realzar el encanto arquitectónico original de la vivienda, adaptándola a las necesidades contemporáneas de una familia moderna y creando un hogar donde lo clásico y lo actual se fusionan de manera armoniosa.
Fotografía: Stella Rotger / Estilismo: Carmen Figueras
En el emblemático barrio del Eixample de Barcelona, se ha llevado a cabo una reforma integral con el objetivo de adaptar la vivienda a las necesidades actuales de sus habitantes, creando un entorno familiar y agradable. La única excepción ha sido la cocina, que ya había sido renovada hace unos años.
Se ha puesto un énfasis especial en la conservación y restauración de elementos antiguos. Se han recuperado los techos altos con las cornisas, que han sido sustituidas por nuevas, así como todos los ventanales de madera, que han sido cuidadosamente restaurados para mantener su aspecto original. En el salón, los techos de bóveda catalana se han dejado al descubierto, añadiendo una atmósfera auténtica y con carácter. Además, se ha dejado una de las paredes en ladrillo caravista; y se ha realizado un minucioso trabajo de recuperación del mosaico Nolla y las baldosas hidráulicas, que se encontraban en muy mal estado de conservación y ocultos bajo el antiguo pavimento.
La distribución se ha optimizado para adaptarse al estilo de vida de la familia, priorizando la funcionalidad y la comodidad.
El dormitorio principal se ha transformado en una suite íntima con vestidor, baño privado y pequeño espacio de trabajo. Además, la vivienda cuenta con dos dormitorios juveniles, un baño adicional, un cuarto de lavado y un segundo despacho tranquilo y cómodo para trabajar.
La galería es otro espacio destacable, donde se ha creado una zona con butacas y plantas que invita al relax. Este espacio se conecta al salón a través de dos arcos y está equipado con un cerramiento plegable para abrirlo en momentos de buen tiempo.
Sin olvidar el recibidor, este dispone de armarios de gran capacidad y con un banco para facilitar el proceso de quitarse o ponerse los zapatos cómodamente.
Estéticamente, se han combinado materiales nobles y tonos neutros, creando un espacio cálido, confortable y acogedor. La inclusión de detalles dorados de manera sutil, como en la grifería y la perfilería de la mampara del baño suite, así como en las lámparas colgantes del dormitorio y del comedor, aporta un toque de sofisticación y elegancia a las estancias. Para los suelos, se ha optado por instalar un elegante laminado en espiga que añade calidez y un plus de elegancia.
En resumen, esta reforma integral en el Eixample de Barcelona ha logrado realzar el encanto arquitectónico original de la vivienda, adaptándola a las necesidades contemporáneas de una familia moderna y creando un hogar donde lo clásico y lo actual se fusionan de manera armoniosa.
Fotografía: Stella Rotger / Estilismo: Carmen Figueras