Cuando hablamos de inodoros suspendidos nos referimos a los que disponen de una cisterna integrada en la pared, dejando únicamente a la vista el pulsador de descarga y la taza del inodoro.
Actualmente son una tendencia en reformas de baño ya que las ventajas que ofrecen, tanto estéticas como funcionales, son múltiples. Desde hace años que en los proyectos de Sincro utilizamos este tipo de sanitarios, pero como aun suelen surgir muchas preguntas sobre esta instalación a continuación os explicamos sus puntos fuertes y débiles.
Ventajas de los inodoros suspendidos
Un diseño más ligero y elegante
Son una opción que encajan muy bien con los estilos actuales de decoración. Presentan unas líneas mucho más limpias y visualmente son más ligeros en comparación a los robustos inodoros tradicionales, siendo la mejor opción para conseguir un cuarto de baño moderno y elegante. Al tener el suelo y las paredes libres de obstáculos incrementan la sensación de amplitud y luminosidad. Y su efecto flotante llama mucho más nuestra atención.
Facilidad de limpieza
Una de las ventajas más visibles es la facilidad y comodidad que resulta limpiar los baños con este tipo de inodoros. Sin pié de apoyo y con la cisterna oculta se acumula menos suciedad, y no habrás de agacharte tanto para limpiar las esquinas y los rincones de difícil acceso que presentan los inodoros convencionales.
Confort y ahorro
Al tener la cisterna aislada dentro la pared hace que el ruido de los mecanismos de descarga y de llenado se reduzca considerablemente. Y al igual que algunos inodoros tradicionales, también disponen de un sistema de doble descarga que nos permite ahorrar agua.
Mantenimiento sencillo
Primero de todo desmentir el falso mito que para reparar cualquier avería sea necesario romper la pared. El mantenimiento suele ser casi nulo y es similar a los sanitarios tradicionales, pero en este caso se accede a todos los mecanismos desde el pulsador. Los problemas más habituales son el deterioro de la arandela de goma del mecanismo de descarga de la cisterna, y que se atasque el pistón de subida y bajada. En todo caso las averías se identifican con facilidad, y la reparaciones son sencillas y rápidas. Uno mismo puede aprender fácilmente a manejar los mecanismos o si lo prefieres puedes llamar a un profesional para que os lo haga.
Desventajas
Pérdida de espacio
Tener la cisterna oculta supone contar con el espacio suficiente en la pared para albergar toda la estructura, lo que implica la pérdida de unos centímetros en tu baño. Las dimensiones del bastidor suele oscilar entre los 8 y los 16 cm según el modelo y el fabricante. Por tanto, durante la reforma hay que recrecer el tabique con ladrillo o pladur, ya sea de suelo a techo o hasta una altura determinada creando una repisa que nos sirva de estante. Al perder espacio es importante saber que disponemos de los m2 necesarios para conseguir una distribución del baño funcional, sobre todo en baños muy pequeños.
Instalación más compleja
Un inodoro empotrado está compuesto por la taza que queda suspendida y la cisterna con la estructura para que el inodoro aguante nuestro peso. Como hemos explicado en el punto anterior, al tener que ocultar la cisterna conlleva realizar una pequeña reforma y algo más de tiempo. Por este motivo para garantizar una correcta instalación es necesario contratar a un profesional.
Mayor coste
El incremento del coste de la instalación hace que sean un poco más caros, pero queda compensado con todas las ventajas que ofrecen. Y al igual que pasa con los sanitarios de toda vida el coste final dependerá de la calidad y del modelo que elijas.
Casos reales de los proyectos de Sincro
Para finalizar este artículo os compartimos algún ejemplo de los inodoros suspendidos instalados en las obras de Sincro. Principalmente del fabricante Geberit. Esperamos haberos aclarado todas vuestras dudas.